
La estabilidad del mercado de bonos será imposible sin la FED.
La situación de la deuda americana es delicada, se encuentra paulatinamente más próximo a un punto de inflexión de consecuencias más bien peligrosas. El Tesoro de EEUU está gastando sistemáticamente un 40% más de lo que ingresa y la acumulación de pagos para atender el servicio de la deuda que ha estado escalando al alza durante décadas está mermando la disponibilidad de recursos públicos y reduciendo el poder adquisitivo. Analizado los números y los diversos actores, es evidente que existe un serio desequilibrio entre la cantidad de deuda que necesita vender el Tesoro americano y la posibilidad de que los compradores tengan predisposición y capacidad ilimitadas para continuar comprado bonos USA ad infinitum. La deuda soberana USA asciende a cerca de $37 billones y sube a un ritmo escalofriante, se espera que pueda alcanzar los $50 billones en menos de una década. El servicio de esa deuda cuesta hoy a las arcas públicas cerca de $1.1 billones cada año y la disciplina fiscal (intenciones reales de los políticos por estabilizar los presupuestos) brilla por su ausencia. Los mercados de deuda ya advirtieron hace 5 años el deterioro y la nefasta tendencia proyectada a futuro y los inversores comenzaron a alejarse




