El pasado viernes, la agencia de calificación Standard & Poor´s rebajó la calificación de la deuda francesa hasta AA, sólo un nivel desde el anterior AA+.
La perspectiva de la agencia respecto del futuro de la deuda soberana francesa pasó también a negativo, alertando de posibles rebajas en el futuro.
Las autoridades francesas se mostraron irreverentes con la decisión y criticando la objetividad de los analistas, anunciaron un futuro económico más prometedor.
La principal objeción de la agencia deriva de la evolución del mercado laboral galo, con el desempleo bastante alto y debilitando las cuentas públicas, «el elevado desempleo está debilitando el apoyo para nuevas medidas fiscales y estructurales».
La falta de medidas estructurales capaces de dibujar un futuro económico confiable, para los inversores en deuda soberana, fue otro del los factores considerados por S&P, cuyos analistas anticipan que la escasez de medidas estructurales impuestas podría devenir en mayores necesidades de financiación del Estado, más deuda.
S&P advierte también que una reducción del ratio Deuda / PIB por debajo del 80% sería suficiente para recuperar el estatus de calificación perdido.
Una noticia de este calado fue prácticamente ignorada por el mercado. Aquellos días en que las agencias revisaban calificaciones a la baja y el mercado se precipitaba a la baja sin miramientos han pasado a la historia.
Incluso en ocasiones, las agencias llegaron a anunciar las rebajas de deuda soberana los viernes por la tarde, con las bolsas cerradas, para dar tiempo a los inversores, y cuidadores, a meditar la noticia y evitar pánicos vendedores.
La noticia del viernes pasó prácticamente desapercibida en un mercado adecuadamente apuntalado. Salvo unos minutos de volatilidad tras conocerse la rebaja, las compras aparecieron rápidamente para sostener el precio al cierre y terminar la semana con un leve caída del 0.3%.
El aspecto técnico del principal índice bursátil de Francia es el siguiente:
CAC 40, semana
