El discurso de inauguración del presidente Trump fue criticado por populista y falto de declaración de medidas concretas. Sólo 5 días después, las propuestas lanzadas durante la campaña se están haciendo realidad, incluso también las que se estimaba formaban parte de un argumentario electoralista.
Levantar el famoso muro fronterizo con México, más bien extender los más de 900 kilómetros ya construidos con cargo al vecino, o romper relaciones comerciales son dos controvertidos aspectos de la nueva política USA que reflejan fuerte determinación del presidente y devendrán en un futuro de complicadas represalias.
Una determinación patente con otras medidas adoptadas como la pronta derogación del programa de salud, Obamacare, la recuperación de la construcción de los mega oleoductos Keystone XL y Dakota Access (existen sospechas de favoritismo dados los intereses personales del nuevo secretario de estado en las empresas constructoras) o el cuestionamiento del status quo de organizaciones internacionales como la OTAN o el FMI.
La incertidumbre política es elevada y son numerosas las novedades con incidencia económica y financiera, dentro y fuera de USA.
Sin embargo, brillan por su ausencia las novedades en un aspecto tan esencial como limitar el riesgo sistémico que esconden las grandes entidades financieras, conocidas como «Too big to fail».
Steven Mnuchin, ex ejecutivo de Goldman Sachs y ahora nuevo Secretario del Tesoro USA ha afirmado que introducir una normativa orientada a controlar riesgos y desmanes de los creadores de la crisis subprime, los bancos, sería una mala idea (?¿).
La web de Trump, sin embargo, hace referencia a la introducción de “21st Century Glass-Steagall”. Glass Steagall es la normativa impuesta tras la crisis de 1929 que obligó a los bancos a separar las actividades puramente bancarias de las de inversión, en entidades definidamente separadas, independientes.
Esta norma había conseguido evitar grandes fiascos financieros durante 70 años, hasta que en 1999 llegó al cargo Lawrence Summers, otro Secretario del Tesoro ex Goldman y decidió eliminarla, además de instaurar una normativa desreguladora del sistema financiero. Entonces comenzaron los graves problemas financieros de nuestro siglo, primero el colapso del año 2000, después 2007 y la situación hoy es aún frágil y asistida.
Según manifiesta el Sr.Mnuchin ante el Comité Financiero del Senado, es momento de una normativa Glass Steagall, pero del siglo XXI «it’s time for a 21st-Century Glass-Steagall», un falso guiño detrás de otras realidades que defendió con mayor claridad y profusión:
- “Separating out banks and investment banks right now under Glass-Steagall would have very big implications»,
- «potentially hurting liquidity, the capital markets and bank lending».
- «it´s bad for business».
El Sr Mnuchin tampoco dudó en mostrar abiertamente su predisposición a colaborar con Wall Street y la banca al criticar las medidas de la Ley Dodd-Frank (de Reforma de Wall Street y PROTECCIÓN al consumidor) firmada por Obama el 21 de julio de 2010: “certain concerns with the powers Dodd-Frank gave regulators to seize and take down large lenders that are failing».
Las ilusiones de acabar con la impunidad bancaria para cometer tropelías, abusos y fraudes masivos, para reducir el riesgo sistémico y para evitar ser rescatadas con dinero del contribuyente se desvanecen.
La peligrosa tendencia al alza de los derivados OTC y su imparable crecimiento, hasta alcanzar un monto superior a 10 veces el PIB global, no parece inquietar a las nuevas autoridades.
Incluso a pesar de que la entidad americana FDIC, Federal Deposit Insurance Corporation, su fondo de garantía de depósitos, es el resorte de último recurso ante posibles quiebras, podría ser arrastrada si los BILLONES de dólares (cerca de 700) que pululan en la opacidad de los mercados OTC, en último término son cubiertos por FDIC, terminasen originando un nuevo evento sistémico.
El favoritismo de la administración USA hacia la élite bancaria no entiende de ideologías o partidos, igual que en el común de naciones, el «Bangsterismo» (bank + gansters) ha vuelto a ganar y signo de su victoria, la importante revalorización (+20%) acumulada por el sector bancario USA en las últimas semanas no pasa desapercibida.
XLF, ETF FINANCIERO USA, diario
Además de las controvertidas medidas USA anunciadas, esta semana está siendo noticia por la conquista de nuevos máximos históricos del mercado de valores. Los grandes índices han conseguido nuevos record, ayer el Dow Jones cerró por primera vez sobre los 20.000 puntos tras anotarse un +0.78%.
DOW JONES 60 minutos
El índice S&P500 también subió, +0.88%, y cerró en máximos después de haber dejado un hueco de apertura, cuya lectura y repercusiones invitan a la reflexión, desarrolló una pauta de cinco ondas perfectamente visibles y se detuvo en zona próxima a proyección. Distribución?.
S&P500, 60 minutos
La volatilidad continúa arrestada y cotizando en niveles mínimos (el precio de comprar opciones es ahora muy interesante). El índice S&P500 acumula 70 sesiones evitando caídas del 1% o superiores, una secuencia no vista desde el año 2006 que conviene ser interpretada con prudencia en el contexto técnico actual.
Un contexto particularmente idóneo para seguir de cerca las sugerencias operativas expuestas en recientes post.
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