THE WALL STREET CORNER

AGENCIAS DE CALIFICACIÓN, CORRUPCIÓN Y ESQUIVO CAMBIO DE MODELO

Las grandes agencias de calificación de riesgos Standard and Poor´s, Fitch y Moody´s, conocidas como las Big Three, son responsables de analizar y calificar el riesgo de emisiones de decenas de miles de empresas en el mundo, así como de los gobiernos.

Disfrutan del reconocimiento expreso del gobierno USA, plasmado a través del Nationally Recognized Statistical Ratings Organization (NRSRO) y exprimen los privilegios que se les confiere.

Tras la disputa sobre el techo de deuda USA, librada en agosto de 2011, Standard & Poor´s tuvo la valentía de retirar la máxima calificación a la deuda soberana a Estados Unidos, osando contra los intereses de su gobierno.

La máxima calificación otorgada por las tres grandes agencias a América durante 70 años fue rebajada entonces, un escalón hasta AA+.

El fiscal general está acusando a la empresa matriz, McGraw Hill, de inflar deliberadamente los ratings del sector hipotecario, génesis de la crisis subrpime y solicita $5.000 millones.

La reputación de las agencias está en entredicho por sus actuaciones en casos relevantes y que lamentablemente terminaron arruinando a miles de inversores sin su previo aviso.

Por citar dos ejemplos genéricos, tanto la burbuja tecnológica como la inmobiliaria-subprime, han permitido comprobar la ineficacia de las agencias en su labor y objeto final que debería ser alertar al inversor.

Desde hace tiempo el ambiente es muy negativo y contrario al poder de las agencias de calificación por sus más que evidentes conflictos de intereses. Comenzando por la base de los conflictos, las empresas calificadas son clientes de las calificadoras.

Pero van todavía más allá, la burda connivencia practicada por las agencias facilitando a las empresas -clientes- objeto de calificación sus propios modelos de cálculo no pasa desapercibida, como tampoco el amaño que en el caso subprime suponía que ellas mismas actuaran de consultores en la elaboración de aquellas emisiones basura.

El sistema de calificación es un modelo corrupto desde el origen pero consentido, que extiende sus tentáculos por toda la economía. La propia FED es un pool de grandes bancos y principal looby financiero, otro factor de permite intuir corrupción al más alto nivel, pero consentida.

El «asunto de estado» o presunta venganza del gobierno USA contra S&P por retirar la máxima calificación, es un detalle elocuente sobre los conflictos de intereses servidos gracias a un diseño tan intencionadamente imperfecto del sistema de calificación.

Gran parte de los ratings a las emisiones subprime, como a muchas otras, se presuponen amañadas e infladas, tanto las asignadas por Moody´s como por S&P y Fitch. Las autoridades no parecen interesadas en solucionar estas cosas, incluso Warren Buffett tiene una importante participación en Moody´s al tiempo que gestiona numerosas empresas en el mercado. No sólo intereses en emisiones privadas, ¿cómo se explica la calificación triple-A que aún otorgan las dos agencias a la deuda soberana USA?.

Bien, castigo al díscolo, McGraw Hill en este caso o matriz de S&P.  El gobierno americano está detrás de imponer una multa y obligar a la agencia al reconocimiento público de al menos un delito, cuestiones que S&P está negociando con el departamento de justicia USA, prestándose a pagar hasta $100 millones pero sin admitir la comisión de delito alguno.

Estos son acuerdos al uso entre justicia y grandes defraudadores, por ejemplo y especialmente con los intermediarios financieros. NO es noticia recordar que Goldman, Sachs, City, Merrill… y muchos otros han pasado por ahí. Un sistema diabólico en el que cometer delitos se convierte en un mero coste de transacción, de hacer negocios.

Concretamente, la demanda se centra en cerca de 40 calificaciones fraudulentas emitidas sobre CDO (Colletalized Debt Obligations) entre 2004 y 2007, por las que la empresa cobró unos $13 millones y la justicia comienza pidiendo $5.000 millones.

Las consecuencias no deseadas de la venganza del gobierno USA se están observando en el mercado, los inversores temen que la demanda prospere y entonces brote un aluvión de demandas contra todas las agencias, motivo por el cual las ventas de títulos están siendo notorias. Respuesta del mercado? Veamos los gráficos de

Moody´s, Diario 

moody´s

MCGRAW HILL Diario

SP (McGRAW HILL)

Las caídas son muy violentas, llama la atención el abultadísimo volumen de negociación acumulado en el proceso de ventas,  en consonancia con la enorme desconfianza del mercado contra estas grandes agencias. La posibilidad de dejar de ser intocables espanta a cualquier inversor.

Es muy peligroso ser imparcial y serio en un sistema de favores y amigos como el actual. Recordemos algún otro episodio de insumisión contra las autoridades USA. Caso Lehman Brothers.

Fue la única gran empresa financiera que sucumbió en la crisis cuando al resto se les asistió financiera, contable y legalmente con el fin de salvarlas. Allá por 1998 cuando quebró el gran fondo Long Term Capital Management,  la Reserva Federal convocó a las 14 grandes entidades financieras del país en una reunión de máxima urgencia, solicitando poner encima de la mesa medio billón de dólares entre todos y a la mayor brevedad. La extinta Lehman tomó la desafortunada decisión de no acudir al rescate del LTMC.

El modelo ha terminado reventando las costuras que recogían la confianza de la población,  que existan pagos con unos sobres o no en algún sitio determinado, es casi lo de menos. Se trata de un problema mayor, generalizado que precisa de una desinfección, en primer lugar, y de una reorganización de las bases, cuestiones contrarias a los intereses de las élites.

 

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