La política monetaria adoptada por las autoridades de la mayor parte de países desarrollados del mundo, acertadamente definidos según la teoría de la «represión financiera», está provocando unos efectos no deseados evidentes y peligrosos.
Gracias a la Represión Financiera (mediante tipos cero, liquidez a mares -para determinados privilegiados-, manipulación de tipos de interés de la deuda y manipulación generalizada de los mercados financieros) los ahorradores pierden y los endeudados ganan.
Los ahorradores ven remunerado su capital a tipos reales negativos sin otra alternativa para evitarlo que estar obligados a asumir riesgos sobre esos ahorros. Riesgos que con el paso del tiempo, en algún momento se manifiestan causando estragos.
Mientras, los sectores de economía más apalancados disfrutan de unos tipos sobre su deuda muy ventajosos en un entorno en el que el paso del tiempo favorece la carga de esas deudas.
Los ahorradores disponen de un mercado con tipos de interés rondando CERO % para sus carteras, tipos que prefieren evitar y terminan optando por salir en busca de rentabilidades. De manera que eventualmente se encuentran comprando deuda de baja calidad ante la presumible idea de que las autoridades también intervendrán ante cualquier desajuste.
Así la demanda de títulos de deuda de baja calidad incluso de bonos basura se ha disparado a niveles preocupantes. Sólo en USA, las emisiones anuales de bonos «high yield», de media ascendían a $ 144 billion. Durante el año en curso, según Dealogic, las emisiones han alcanzado la exagerada e histórica cifra de $ 324 billion, más del doble de la media y de las emisiones realizadas durante los gloriosos años 2006 y 2007.
La complacencia de los inversores está alcanzando niveles de alarma. La demanda, de parte de inversores, fondos de inversión y de pensiones, hedges…) está presionando al alza los precios de los bonos «high yield» al tiempo que sitúa las rentabilidades en niveles impensables para el riesgo que entrañan. Vean el comportamiento de un conocido ETF high yield,
BARCLAYS HIGH YIELD BOND ETF Semanal
El aspecto técnico que muestra es sencillamente para salir corriendo en dirección contraria. Las divergencias, descenso de volumen, lectura de onda, optimismo… que presenta este activo y por extensión los de su género, son motivos suficientes para no tener en cartera una sola participación.
También conviene señalar que el aspecto de corto plazo no elimina posibilidades de recuperación adicional pero probablemente aquí sea conveniente recordar el aforismo » el último duro que lo gane otro». Dicho al estilo de Charles Prince, ex CEO de CITI, «en tanto la música siga sonando hay que estar de pie y bailar».
Lo peor, es que este tipo de aberraciones de mercado, mejor dicho burbujas, tienden a producir enormes descalabros al corregirse.